Atalaya Vigía

Se hace referencia a los Primarcas segundo y undécimo en el relato corto The Lighting Tower, en el que Rogal Dorn describe los plintos en los que sus estatuas deberían alzarse, y se dice que "nadie hablaba jamás de esos dos hermanos ausentes. Sus respectivas tragedias habían parecido aberraciones. ¿Habían sido, acaso, advertencias que nadie había escuchado?" Curiosamente, a diferencia de los dos Primarcas perdidos, las estatuas de los Primarcas Traidores estaban cubiertas por un velo: esto podría implicar que sufrieron alguna tragedia distinta a la herejía cometida posteriormente por sus hermanos.

Asimismo, en El Primer Hereje, Lorgar hace varios comentarios afirmando que el Emperador ordenó que se les olvidase. Mientras cinco Capitanes de los Portadores de la Palabra pasaban un tiempo conociendo secretos de la Galaxia bajo la tutela del Demonio Yngethel, se les mostraron los laboratorios genéticos del Emperador donde se estaba creando a los Primarcas, y el momento en que estos fueron dispersados por el Caos. Mientras vagan por los laboratorios como fantasmas insustanciales e indetectables en tanto no tocaran nada, hablan sobre las dos Legiones perdidas, mencionando cómo fueron borradas de los registros imperiales y de cómo la Legión de los Ultramarines de Roboute Guilliman aumentó misteriosamente de tamaño cada vez que una de las dos Legiones fue "borrada", y que si bien en la época de la Herejía era algo relativamente conocido, se mantenía silenciado (y en consecuencia, durante los siguientes milenios se olvidó completamente). Parece implicarse claramente que al menos parte de las fuerzas de las dos "Legiones Perdidas" fue confiada a Roboute Guilliman e incorporada a los Ultramarines. Si esto fuera cierto, quizá entonces Capítulos enteros descendientes de la Legión de los Ultramarines procedían de hecho de la semilla genética de esas dos Legiones.