Las tierras que rodean
Malifaux son un misterio sin explorar, un lugar peligroso y desconocido, un mapa cuyos límites se dibujan de nuevo día a día…
El Gremio controla Malifaux (o cree hacerlo) y cuando Lucius recibe noticias de un lejano poblado oculto en los desiertos más allá de la frontera sur, lo primero que piensa el Secretario del Gobernador es… en hacer una visita y cobrar impuestos a sus habitantes.
Pero… ¿estarán ellos de acuerdo?


Lucius y la Guardia del Gremio despliegan en dos grupos, tratando de sorprender a los moradores gremlins. El Capitán y dos Guardias en el flanco izquierdo. Lucius, su tótem (el Sargento) y otro Guardia a la derecha. El Halconero del Gremio permanece en la retaguardia, su halcón ha divisado la presa y se muestra ansioso por lanzarse a por los gremlins.

Las fuerzas del Gremio avanzan cautelosamente, pero un enorme cerdo irrumpe entre las filas de la Guardia causando enormes estragos, azuzado por el Desdentado Jones y sus paleeeetos.
Los hombres de la Guardia caen uno tras otro arrollados por la enorme bestia desbocada.

El Capitán y Lucius consiguen reducir al enorme cerdo demasiado tarde, con las fuerzas de la Guardia fuera de combate.
El combate final entre Lucius y los gremlins es demasiado para el Secretario del Gobernador… que finalmente debe regresar a Malifaux sin haber cobrado los impuestos a los malditos gremlins paletos…
¿Volverá? Por supuesto. En el mundo real sólo hay dos cosas inevitables. La muerte y los impuestos.
En Malifaux las reglas del mundo real no sirven, y allí la muerte es sólo otra forma de vida.
Pero los impuestos hay que pagarlos, ¡aunque seas un gremlin!
Una divertida partida entre mercenario y yo, para refrescar las reglas
