La verdad es que, teniendo en cuenta los cientos de mensajes realizados en el grupo a través del móvil, podríais haberos currado alguno del grupo A algún resumen de la primera partida, lo mismo que surgió de alguien del grupo B. Y más teniendo en cuenta todos los chascarrillos que quedarán para la posteridad. Panda de vagos
Un resumen muy rápido (después de tantos días hay muchos detalles que no recuerdo, pero daré mi opinión como Jugador Oscuro):
El grupo formado por 6 héroes se dividió en la primera bifurcación. De un lado, el troll, el nigromante y el explorador humano (grupo Izquierda). Por la derecha se internaron el asesino rátido, el guerrero orco y el mago del inframundo.
Iré por los del grupo izquierdo. El troll, a quien le importaban un carajo las trampas, dada su fortaleza y que éstas se idean más bien para frenar a criaturas de tamaño humano, avanzaba sin mucha complicación. Atravesaron una sala cubierta de murciélagos, rezaron ante un altar sin éxito y hallaron una cámara donde había un gran orco oscuro y dos arqueros. Puesto que el troll caminaba primero, dada su natural estupidez, que le impide ser cauto, y su percepción un tanto escasa, sufrió la emboscada de estos orcos, que sin embargo tuvieron mala fortuna. El primer arquero no acertó el disparo. El segundo cometió una pifia, se rompió su arco y el disparo impactó en su compañero, el orco oscuro, quien, herido, trató de asestar un golpe sin éxito al troll. Este respondió aplastándolo al primer golpe y desembarazándose después de los otros, secundado por el enano y el nigromante. Después, tras la emboscada sufrida por el troll, decidieron que el enano fuera primero, encontrando en otra sala contigua la oposición de varios orcos de los que dieron buena cuenta entre los 3. Se las prometían muy fáciles de ese lado del dungeon. Luego avanzaron un poco más y llegaron a unas escaleras, más allá de un almacén de barriles, que llevaban a un largo pasaje por el que decidieron entrar.
Los del lado derecho se internaron sin un criterio estricto. Es decir, el guerrero orco fue el primero en avanzar en la primera zona y activó una trampa que le provocó la pérdida de un punto de Fortuna para no ser achicharrado. Después de aquello fue el asesino rátido quien avanzó primero. Tras explorar algunas salas, superaron un foso y decidieron atravesar un muro que fuego que bloqueaba el camino. El orco, quien llevaba desde el principio diciendo que tenía ganas de repartir leches, volvió a sufrir las llamaradas. Tras esto, se adentraron en una sala donde les aguardaba un chamán orco y varios guerreros. No prometía ser fácil para solo tres héroes. Desde el umbral de la puerta intentaron combatir, mientras el chamán lanzaba hechizos y sus guerreros se interponían para que el mago del inframundo no le lanzase con éxito algún proyectil mágico. Fueron turnos complicados, porque los héroes decidieron adentrarse en la sala para acabar con el chamán, pero la actuación del guerrero orco no estuvo a la altura... por decirlo de forma suave. Tras varios intentos nulos solo logró matar a un orco que ya estaba previamente derribado y moribundo por un compañero. No hizo nada más positivo. Sus turnos siguientes fueron nefastos, cometió una pifia que provocó la rotura de su única arma, para después ser el objetivo de un hechizo del shamán enemigo, quien invocó el poderoso pisotón de su dios, el cual aplastó al héroe orco sin remedio. Con todo, parecía que el shaman se quedaba solo sin sus escoltas, cuando el Jugador Oscuro activó una carta de refuerzos que vinieron a combatir contra el rátido y el mago del inframundo, quien ya se veían en la tumba. En ese momento llegaron los refuerzos, los 3 héroes que se habían internado a la izquierda de la bifurcación y aparecían por fin in extremis para salvar los muebles, dado que el camino que habían escogido era el que conectaba con las escaleras de la sala donde se ubicaba el chamán. Solventaron el combate y, algo maltrechos y con la ausencia del héroe orco, se decidieron a abrir unas puertas dobles que conducían a la habitación principal. Allí aguardaba el caudillo orco, un troll, unos cuantos arqueros y guerreros y un orco oscuro. La cosa prometía ser difícil, pero el grupo se armó de valor y decidieron entrar a por todas, dado que su fuerte era el cuerpo a cuerpo. El troll se lanzó a por su homólogo, falló el golpe y este devolvió un ataque que derribó al héroe troll. En su segundo ataque lo aniquiló. El grupo se quedó estupefacto. El troll, quien había campado a sus anchas por todo el dungeon, sin miedo, había caído a la primera de cambio a manos del troll enemigo. El combate, sin los dos guerreros de choque del grupo de héroes, tornó de gris a gris oscuro, hasta terminar en un negro sin esperanza. Mientras el enano daba cuenta de algún orco con su arcabuz, el nigromante fulminaba a otros y el mago del inframundo usaba el látigo del inframundo para derribar a varios rivales más, mientras el asesino rátido se internaba para manejar con soltura su arma. El combate fue muy duro. Los héroes iban perdiendo puntos de Fortuna y la esperanza menguaba, auqneu el troll enemigo cayó. El mago del inframundo se adentró en la sala y se dedicó a combatir y esquivar por igual los golpes del gran orco oscuro. El enano terminó por usar una lanza y meterse en combate directo con el caudillo, entreteniéndolo. El nigromante cometió una pifia al intentar invocar un hechizo y su cabeza explotó literalmente. 3 héroes muertos. Un desastre. La esperanza perdida. Yo como Jugador Oscuro reconozco que pensaba que no saldría vivo nadie. Pero entonces cambió la suerte y cayó el caudillo. Antes de eso, fueron memorables las celebraciones de los jugadores tras dos golpes exitosos que significaban la supervivencia del grupo. Y después de cada celebración yo activaba una carta de Fortuna que cambiaba la balanza y sus esperanzas volvían a caer en picado. Pero, como digo, al final cayó el caudillo, y con él sus últimos esbirros. Los supervivientes, malheridos, decidieron coger el cadáver del nigromante para intentar resucitarlo más adelante pagando a algún hechicero. Atrás quedaron el guerrero troll y el guerrero orco. La primera partida había resultado un desastre y daba una clara ventaja al otro grupo (el grupo B) que competía contra ellos por conseguir ganar la campaña.
