Con la banda bajo minimos, tanto de miembros como de liderazgo, fue Jax el hijastro de Klay el que asumio el puesto de Presidente de la banda momentáneamente. Jax logró mantener a la banda viva, con pequeños negocios y reclutando novatos para sustituir los veteranos muertos en la emboscada a Klay.
Tras unos meses, Jax junto alguno de sus hombres de más confianza llevó a cabo un astuto y arriesgado plan para sacar a Klay de la cárcel. Varios enforcers muertos y heridos fue el bagaje de un plan que funcionó a la perfección. Con Klay liberado, volvió a asumir el liderazgo de la banda pero ya nada era igual. Muchos miembros de los Sons son leales a Jax incluido algún veterano que ha visto como la sangre nueva de Jax revitalizaba una banda que se había venido abajo por la avaricia de su anterior presidente.
Aunque de momento las fuerzas a favor de Klay y las que están a favor de Jax están equiparadas. En cualquier momento el statu quo puede romperse y llevarse a cabo una guerra civil dentro de la propia banda

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