Aquí ando enfrascado en un nuevo proyecto del 40K. Esta vez es algo ambicioso, no por volumen o número de miniaturas, sino en cuanto a la cantidad de efectos que le quiero dar a mi nueva adquisición... un Dreadnought.
Lo que más trabajo me ha traído ha sido la pose y el darle un toque especial... un detallito que lo hiciera diferente a los demás Dreads que había visto.
La idea que tenía en mente era la de poner esta máquina parada en medio de la nada; en un páramo inhóspito, alejado de todo. Quería representar que la máquina estaba muerta, abandonada, llena de óxidos y miseria provocados por el inexorable paso del tiempo. Un ser solitario y antiguo, vaya.
Decidí colocar al dread ladeado hacia la izquierda, como si el "dolor" le llegase de ese lado; de ahí que retocase el brazo de ese lateral destrozándolo y rehaciéndolo casi por completo. Pero antes de llegar a la pose definitiva, pasé por un proceso de prueba que no me convenció en absoluto (incluso le rehice el brazo derecho con una pseudo ametralladora).
Paso 1

Además de retocarle el brazo, decidí arriesgarme y poner al dread sin la tapa del ataud, con el ser que lo maneja al descubierto, como si algo o alguien, al ver a la máquina muerta, hubiese probado a apalancar la tapa para ver qué contenía en su interior.
Puse en un primer momento sólo la tapa entreabierta y semiplegada, pero no me llegó a convencer. Aún así me trabajé los clavos de la tapa y los huecos que éstos dejan en el metal.
Al final, puse una calavera sostenida por cables, de la que hubo 2 versiones: la primera era excesivamente plana, y carente de volumen:

Y la segunda y definitiva versión, con más "peso" hacia el exterior:

Para terminar, le he puesto una espinillera caída, la tapa en el suelo y alguna que otra rotura más en el dread.
Y ahora llega el momento de la pintura... complejo todo ello...
He probado varias cosas de momento, como el uso de pigmentos MIG en ese efecto quemado del brazo izquierdo.
Bueno, me callo y espero que os guste lo poco que lleva.
Un saludo...

