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Campaña evolutiva la partida de guerra de Aenartes

Posted: Mon Mar 20, 2017 4:53 pm
by coronel comisario
Las miradas de la gente era algo que siempre le incomodaban. Aenartes, se sentía completamente fuera de lugar, el era un elfo y acudía a la corte de la Reina Hechicera en los Claros del Crepúsculo completamente asustado. El era un Maestro Cazador llevaba 200 años buscando aventuras con sus compañeros y si es verdad que alguna vez habían luchado junto a algún ejercito humano, siempre había intentando que ni el ni sus Acechantes Forestales pudieran ser considerados nunca miembros de ningún ejercito profesional de ningún grupo.
Eran mercenarios, todo lo que podía decir en su defensa era que luchaba por mejorar sus habilidades (sus habilidades con el arco eran legendarias), y aunque para el y sus guerreros con eso le bastaba algo debió de ofender a la Reina Hechicera cuando le llamaron a la corte.
Se sentía completamente fuera de lugar, el resto de cortesanos le miraban con recelo, cuchicheaban entre ellos y no podían entender como se presentaba en la corte con su capa y su cara cubierta. Para Aenartes cubrirse la cara siempre le había dado sensación de protección y nunca se sintió con mas necesidad de protección que en la Corte de los Elfos.

Los Guardias de palacio que le habían escoltado desde la entrada del Claro, le ofrecieron el paso a una pequeña antesala apartada. La antesala no era de piedra sino que sus muros estaban creados mediante magia uniendo ramas de árbol entrelazadas hasta realizar una formidable pared que impedía que ningún sonido pudiera escapar de la sala. Esto ayudo a que Aenartes se relajara, pero la duda de porque la mismísima Reina Hechicera de los elfos le había echo llamar le turbaba completamente. Mientras esperaba intentando relajarse una figura apareció portando una brillante armadura. Accedió a través de una de las paredes de la sala que se abrió gracilmente para facilitar el paso de la solemne figura.

-Bien hallado seáis Aenartes, la Reina no os atenderá hoy, aunque ha sido ella quien os llamo , la misión que os tiene que ofrecer nunca puede ser sabida por nada ni nadie fuera de un circulo muy cerrado.

-Bien hallado Gran Mariscal, aunque parece que hace décadas que abandone Elvenhome, siempre he estado a su entera disposición.
La Figura que apareció en la sala no necesitaba presentación para ningún elfo de todo Mantica.

Una leve sonrisa se esbozo en la figura de la armadura, y este siguió dando vueltas alrededor del Cazador sin inmutarse tan siquiera.

-También cuando luchasteis contra los elfos del linaje del sur como mercenario de los ejércitos de Basilea?
Aenartes no sabia como responder, de eso hacia ya mas de 106 años pero se dio cuenta que sus hazañas eran mas conocidas de lo que el se esperaba.

-Tranquilo, prosiguió, si cumples tu misión y nos ayudas en lo que te vamos a pedir se te perdonaran todas tus anteriores afrentas y seras recibido con todos los honores de vuelta en el Claro del Crepúsculo para ser debidamente recompensado. hemos sabido de la creación espontanea de una isla, en ella puede haber objetos y recursos de incalculable valor, toda Mantica quiere hacerse con un pedazo de dicha Isla, pero a nosotros ademas de querer el dominio de esos preciados recursos queremos que te asegures que el joven conde Ghinduen no regrese a Elvenhome.

Eso fue para Aenartes un completo mazazo, nunca los elfos habían actuado así, era impensable y no había honor para nada en ello, le espeto sin parar a reflexionar quien era su interlocutor.

- Mira hijo, yo ya tengo 900 años, se que para vosotros los jóvenes estas cosas nunca deberían pasar, pero vosotros no sabéis lo que son las cortes ni las intrigas políticas que hay en juego. Si quieres la recompensa que se te ofrece, ya sabes lo que tienes que conseguir.Utiliza si quieres a Ghinduen,como aliado, nosotros te iremos proporcionando tropas en función veamos tus progresos pero tienes que tener en cuenta que nunca se nos debe relacionar con la traición al conde. En el momento que la isla sea elfa y solo nos pertenezca a nosotros el conde debe desaparecer. Si tuvieras algún reparo en cumplir estas ordenes o alguien se entera de la orden que se te a dado sabremos como encontrarte.

El Mariscal hizo un leve gesto con la cabeza y los 4 guardias del palacio se posicionaron alrededor de Aenartes para conducirlo con sus hombres y llevarlo hasta el navío que les esperaba en el puerto. El Mariscal se lo quedo observando mientras partía, en ese momento un escalofrió muy conocido le recorrió la espalda y una voz le susurro al oído,
-Muchas gracias esto pagara con creces toda la ayuda que os ofrecimos en tiempos.
- No pienses que lo hacemos por ayudarte, lo que de verdad nos importa es saber si realmente el objeto que nos has dicho que esta en la isla no caiga en las manos equivocadas.

El Mariscal se encamino hacia una de las paredes de la sala que se abría en abanico mientras se iba acercando. En ese momento Calistor el duque que se había quedado con la mayoría de los territorios de la familia Ghinduen, solo consiguió imaginarse el dinero que conseguiría desde el castillo que el joven conde le había ofrecido en aval si no regresaba de su temeraria incursión. El ya había realizado todos los movimientos para poder quedarse con el castillo pero por primera vez tuvo la duda de si no había involucrado a demasiados poderes, que no podría controlar.


El viaje en barco fue mucho mas rápido de lo que Aenartes se espero, sus Acechantes Forestales y él mismo, se mantenían a una cierta distancia de la guardia de Palacio sin embargo las tropas del regimiento de lanceros que les acompañaba era algo mucho mas distinto. Estos si que interactuaban con sus Forestales. Aunque no se atrevían a importunar a Aenartes por si Kales si fiel acompañante felino se pudiera sentir amenazado.
Aenartes agradecía la distancia y la tranquilidad, como iba el a luchar con el Conde, el había conocido a su padre tiempo atrás en lo que parecía otra vida. Aquel Conde era quien le había regalado el talismán que llevaba el siempre al cuello y que servia para inspirarle valor en todo los momentos de flaqueza. Pero las ordenes del Mariscal eran claras y concisas.
Por ahora se centraría en cumplir la misión primordial que era dominar la isla. Ya hacia un día que habían anclado el barco y mientras estaban observando como las tropas abysales desembarcaban y acampaban en la playa el vio la colina que estaba justo detrás de ellos a cierta distancia, esa misma noche desembarcarían para tomar el control de aquella dichosa colina y poder desde esa plaza fuerte esperar a los refuerzos que debería traer el barco que les había llevado hasta allí en un par de semanas.

-Esta noche Kales no podrás acompañarme, dijo en voz baja mientras acariciaba a su felino y este le respondía con un suave ronroneo.

Tropas de Aenartes

Aenartes Maestro cazador con amuleto inspirado 120ptos

Acechantes Forestales (tropa) 130ptos

Guardia de Palacio (tropa) 105ptos

Regimiento de lanceros (regimiento) 140ptos

Total 495ptos

Re: Campaña evolutiva la partida de guerra de Aenartes

Posted: Sat Mar 25, 2017 10:48 am
by coronel comisario
La incursión nocturna había surgido su efecto, Aenartes se había adelantado junto a sus acechantes Forestales para intentar tomar primero posiciones en la colina que dominaba la pequeña bahía donde habían desembarcado su pequeña incursión. Por el ruido que hacían sabia que el regimiento de lanceros venían por detrás y seguramente la guardia de palacio cerraría la marcha sin muchas ganas de atravesar los bosques que ellos habían atravesado para acercarse lo antes posible en linea recta a la colina.

No podía creerse que los abysales no hubieran intentado antes tomar las colinas, incluso que no hubieran mandado tropas hacia allí durante la noche.
Mientras estaba en sus pensamientos noto un ligero movimiento en el flanco derecho. Tanto el como sus acechantes no llevaban antorchas para no revelar su posición pero pudo comprobar que por el flanco derecho se acercaban a gran velocidad, un regimiento de sucubos y una criatura espeluznante.
Ordeno a sus acechantes agazaparse, contaban con la ventaja de que no les habían visto y gracias a la gran visión nocturna de la que gozaban los elfos podrían sorprenderlos.

-A mi señal disparar todos contra la figura solitaria, susurro a sus hombres. El engendro individual marchaba de forma relajada al lado de un murete con el regimiento de sucubos al lado. Un halo sobrenatural envolvía dicha figura oscureciendola mucho mas de lo esperado por lo que supuso que seria una gran amenaza para el y sus hombres, y mas teniendo en cuenta que no sabia nada del regimiento de lanceros ni de la guardia del palacio, aunque suponía que estarían cerca.

Con un ligero movimiento de su brazo las flechas surcaron los cielos contra dicha figura, estaba seguro de haberle acertado con varias de sus flechas pero no podía estar seguro porque acto seguido los abysales reaccionaron y la misteriosa figura se escondio detras de los sucubos que aceleraron la marcha contra ellos.
Pudo ver por el rabillo del ojo que sus compañeros, aguerridos guerreros con los que había compartido innumerables combates estaban inquietos ante el posible desenlace de una carga del regimiento de sucubos, con unas suaves palabras para tranquilizarlos les ordeno que dispararan contra la nueva amenaza.
Esta vez si pudo ver como varios sucubos desaparecían al recibir los impactos de sus flechas, no eran suficientes para sentirse tranquilos pero equilibraba un poco las tornas. De repente oyeron gritos de combate en la retaguardia muy por detrás de donde ellos se encontraban y sintió el temor de que las fuerzas abysales hubieran emboscado a los lanceros y la guardia del palacio que eran las únicas tropas que habían desembarcado con el para tomar esa colina. En caso que esas tropas no pudieran acudir en su ayuda, Aenartes tenia claro que no sobrevivirían.

Los sucubos cada vez estaban mas cerca, pero milagrosamente de la nada apareció de la retaguardia el regimiento de lanceros que no dudo en ningún momento en lanzarse contra los sucubos a la carga, al ver como los lanceros se lanzaban sin temor ordeno a sus acechantes apoyarles en una carga frontal.

El combate fue brutal pero al termino de el todos los sucubos habían perecido y la misteriosa figura que habían visto al principio de la escaramuza, se quedo enfrente de ellos completamente a la vista. Lo que el desde la distancia había pensado que eran antorchas ahora descubre que no, el cuerpo de la figura parece estar envuelto en unas llamas vivas y cambiantes de color, el halo de oscuridad que le envolvía en la distancia a desaparecido completamente y la figura se coloca en la retaguardia del regimiento de lanceros, extiende sus brazos y los envuelve de llamas de colores vivos.

Varios de los lanceros gritan agonicamente, La mayoría están en perfecto estado pero se apartan corriendo de la figura llevando consigo a dos o tres hermanos heridos. Los gritos de combate que se escuchaban en la retaguardia, (lejana ya en la distancia) cesaron abruptamente. Aenartes sabia que tenia que ayudar a la guardia del palacio que estaba claro que había tenido que enfrentarse a algo horrible en la oscuridad, pero tenia que acabar con aquel engendro antes de preocuparse por nada mas. Dio un paso adelante y disparo en un rápida sucesión de movimientos varias flechas que fueron directamente contra el pecho de la oscura figura, sus tropas le imitaron y pudo ver como la descarga de flechas envolvía a la figura. Nada meramente vivo podría sobrevivir a semejante cantidad de flechas y efectivamente con un resplandor que cegó momentáneamente a todo ser que miraba a la figura se desvaneció en la oscuridad.

La colina era suya, podía fortificarla tranquilamente.

Re: Campaña evolutiva la partida de guerra de Aenartes

Posted: Sat Mar 25, 2017 11:07 am
by coronel comisario
Han pasado varios días desde la escaramuza nocturna. Mientras los lanceros mantuvieron la colina Aenartes y sus Forestales volvieron a por los pobres desgraciados de la guardia del palacio. Varios habían muerto y la mayoría estaban heridos, muchos tuvieron la suerte de huir cuando vieron que su situación no era sostenible, ahora es encontraban con ellos en la colina.

En sus ojos podía ver claramente que sentían un rencor increíble con los lanceros y con Aenartes propiamente dicho por haberlos dejado en la retaguardia a ellos solos sin apoyo de nadie. Al maestro cazador no se le escapaban las conversaciones en la que le culpaban de la muerte de algunos de sus compañeros, pero el tenia demasiadas cosas en la cabeza como para darle importancia a eso. La colina ya esta fortificada, las heridas de los guerreros ya están casi sanadas del todo pero necesitan provisiones, y Aenartes echa demasiado de menos a Kales como para no ir a buscarlo.

-Necesitamos las provisiones, Grammar sargento del regimiento de lanceros entraba en el refugio de Aenartes en ese mismo momento.
-Lo se hermano, mis exploradores me acaban de informar que han visto aparecer otro barco elfico que se dirigía hacia nosotros y que parece haber sufrido una tormenta mientras estaban en alta mar.
-Imposible hasta dentro de una semana no vendrán nuevos refuerzos para nuestras tropas, espeto Galaron, capitán de los guardias del palacio.
-Nuestros compañeros han ayudado a estos elfos a desembarcar y estos se encuentran en la playa con nuestras provisiones, he ordenado al barco que nos trajo que se llevara a nuestros heridos y a los de este segundo barco de vuelta a Elvenhome.
-INSENSATO, si no tenemos ningún barco no podremos retirarnos a ningún sitio, Galaron estaba fuera de si, para ser un guardia de palacio no mostraba nada de la calma que caracterizaba a dichas tropas de élite.
-DISPONEMOS DE UNA PLAZA FUERTE GALARON, no tenemos que retirarnos a ningún sitio. Te quedaras en el fuerte con tus hombre mientras yo y mis acechantes nos reunimos con las tropas desembarcadas y protegemos las provisiones hacia aquí.

Galaron miro furiosamente a Aenartes y a Grammar que no podía ocultar la sonrisa debajo de su casco y se marcho de la tienda.
Grammar se sirvió un poco de agua de la jarra que tenia Aenartes en su tienda y después de beber un leve sorbo se giro hacia Aenartes:

-Deberías tener cuidado con Galaron, es hermano del duque Calistor y solo por eso es capitán de la guardia de palacio. No te conviene enfadarlo y mas teniendo en cuenta que fue el propio Calistor quien le pidió al Mariscal que mandara a su hermano con tu expedición para que coja experiencia en el mando. Acto seguido salio también del refugio de Aenartes.

Al salir Aenartes vio a través de la puerta de su refugio el bosque que se discernía por encima del muro que habían levantado sus tropas y se pregunto como podía ser que la isla que se había creado hacia un par de meses contara con arboles que ya parecían haber estado años creciendo en dicho terreno. Algo muy extraño sucedía en esa isla, pero lo que realmente le incomodaba era tener la certeza que Calistor (aquel duque advenedizo con el que tuvo sus diferencias en la corte hace ya tanto tiempo), hubiera solicitado que su propio hermano fuera bajo las ordenes de Aenartes a dicha incursión.

¿Sabría Calistor algo que el desconocía? ¿Estaría el detrás de la misteriosa orden del Mariscal de Acabar con Ghinduen? Demasiadas dudas estaban en su cabeza, era mejor descansar unas pocas horas antes de partir hacia la bahía para conocer a sus nuevos aliados y traer todas las provisiones y tropas hacia la colina que habían tomado.

Re: Campaña evolutiva la partida de guerra de Aenartes

Posted: Wed Apr 12, 2017 9:06 am
by coronel comisario
Las provisiones eran lo mas importante, lo único que realmente necesitaban eran las provisiones, aun no habían encontrado nada de fauna local en esa isla y no podria alimentar a sus tropas solo de lo que pudieran pescar, ademas eso suponía tener tropas en la playa, dividiendo sus fuerzas.

Aenartes contemplaba desde la distancia el patético muro de troncos que alguien había creado en mitad del camino que llevaba hasta la colina, no estaban ni a medio día del campamento, por eso había decidido ir con sus forestales y los lanceros de Grammar a escoltar el carro. Ademas pudo ver las tropas de refuerzo de las que disponía antes de que aquel estúpido guardia de palacio de Galaron se entrometiera.

Kales, su fiel acompañante felino le había recibido con la normal indiferencia de la que siempre hacia gala pero un ligero ronroneo surgió cuando lo vio y este le acaricio, sin embargo hacia un rato que había desaparecido por lo que eso no presagiaba nada bueno. A pesar de todo Kales siempre era inseparable de Aenartes y solo en dos ocasiones se habia separado de el, en una caza en la que se habian topado con un jabali gigante y en una pequeña escaramuza contra orcos hace ya demasiado tiempo.

-Esos troncos, dijo Grammar apareciendo a su lado despues de haber ordenado a toda la columna detenerse. Estan bloqueando el camino y no estaban alli hace 3 horas cuando vinimos a reunirnos con el carro de las provisiones, mandare a unos cuantos de mis lanceros a retirar los troncos...
-No, no te has fijado? contesto Aenartes entre susurros mientras miraba a la linea de arboles que habia al lado del camino
-Fijarme en que, si se puede saber...
-Los troncos estan atados toscamente entre ellos se pueden ver las cuerdas desde aqui.

Grammar se sorprendio de la agudeza visual de su compañero de armas. Todos los elfos se caracterizan por tener una gran agudeza visual pero estaban demasiado lejos como para poder verlos sin centrar su vista.

-Ordena a todas las tropas acercarse con cautela, que todos los arqueros se pongan a disparar directamente contra el muro de troncos
-Pero eso no servira mas que para gastar nuestras flechas
-Con un poco de suerte cortaran las suficientes cuerdas desde la distancia para poder despejar el camino. Esto permitirá al carro seguir avanzando sin detenerse. No quiero parar bajo ningun concepto en una zona tan densamente boscosa.

Mientras el carro avanzaba adelantándolo seguido del regimiento de arqueros y de guardia del mar que se les había unido provenientes del barco accidentado, Aenartes no podia sentir mas que miedo por lo que iba a ocurrir

Re: Campaña evolutiva la partida de guerra de Aenartes

Posted: Wed Apr 12, 2017 9:27 am
by coronel comisario
De la nada habían aparecido. Sus gritos guturales dejaban a las claras quienes eran. ORCOS, pero como demonios habían llegado hasta allí los malditos orcos. Menos mal que el plan de disparar salvas contra el muro había permitido abrir un camino lo suficientemente ancho como para poder permitir el paso del carro sin que nada le entorpeciera.

-Grammar toma el mando del carro de provisiones y no te detengas hasta llegar a la base
-Oído, pudo escuchar entre los gritos de los orcos que se dirigían hacia ellos.

Aenartes vio como Grammar saltaba al carro y espoleaba a los caballos elficos a toda velocidad perdiéndose en la distancia. Los orcos por alguna razón se habían quedado en la linde de los bosques por lo que podrían dispararles una salva antes de que se abalanzaran sobre ellos. Arqueros dirigir todas vuestras flechas contra la unidad de jabalís mas cercana al carro.

Para satisfacción de Aenartes pudo ver que los arqueros contaban con una precisión admirable, muy parecida a la suya propia. Después de la salva resultante pudo ver como los jabalís se negaban a avanzar y los orcos se enzarzaban en una pelea entre ellos.

Aenartes grito entonces la orden de dispersarse a todas sus tropas que pudieran oírle y que cada cual buscara la forma de llegar hasta la colina. Las provisiones estaban a salvo. De la nada apareció un grupo de orcos a la carrera y solo noto un fuerte golpe en la cabeza.

Grammar en la distancia mientras se alejaba con el carro pudo ver como la mayoría de tropas se dispersaban alejándose de los orcos que estaban por todos lados y que parecían multiplicarse por momentos. Esos orcos eran demasiados y los habían pillado por sorpresa. vio a varios de sus hombres morir peleando intentando proteger la huida de sus compañeros, pero algo le llamo la atención. 5 de sus hombres huían a la carrera abandonando las lanzas y escudos, algo que sabia que nunca harían normalmente pero llevaban con ellos algo. Era el cuerpo inerte de una figura con una capa característica, y en el fondo de su ser supo quien era. Ordeno al conductor del carro seguir avanzando y salto del mismo para ayudar a sus hombres a transportar a su líder hasta el cuartel.