La misión consistía en controlar más objetivos que el rival, por lo que nos obligaba a cambiar nuestras estrategias habituales.
En mi caso he decidido renunciar al objetivo del flanco izquierdo, concentrando mis fuerzas en el centro de la mesa, donde esperaba que mis cañones eliminaran toda amenaza antes de avanzar con mis regimientos de infantería. En el flanco derecho he desplegado mis caballerías confiando en que el terreno, que perjudicaba a los austriacos, y mi capacidad para aprovechar a los cacciatori, me dieran superioridad sobre los poderosos coraceros enemigos.

El plan se ha desarrollado a la perfección durante los primeros turnos. Mis dragones han eliminado una unidad de infantería enemiga en el flanco derecho, mientras los cacciatori mantenían a los coraceros lejos de la acción.
En el centro, los cañones barrían al enemigo mientras mi infantería mantenía las posiciones.

En el tercer y cuarto turnos el centro se ha estabilizado, y los austriacos avanzaban sobre los objetivos. Sin embargo e el quinto y sexto los cañones han retumbado de nuevo y con el apoyo de la infantería han tomado el el campo de batalla, mientras mis dragones volvían grupas hacia el centro de la batalla.

Finalmente los austriacos se han retirado fallando el chequeo de punto de ruptura... aunque en ese momento la partida estaba a mi favor, gracias a la (odiosa) eficacia de mi artillería y al movimiento de los cacciatori.
Como siempre, una buenísima partida con un gran rival.
Ya lo sabes, Roberto... que repito cuando quieras.