Decepción
Posted: Tue Mar 02, 2010 8:09 pm
Abro este post para comentar algo que a mi mismo me ha sorprendido.
Vaya por delante que, así como he sido muy grande en todos los juegos, nunca me he tomado Mordheim de forma muy competitiva. Disfrutaba montándome mis películas e historias sobre la banda... ya que creo que es el más rolero de los juegos de miniaturas y se puede disfrutar mucho de cómo progresa tu banda tratando de sobrevivir a las duras calles de Mordheim.
Quizá por eso me he quedado sorprendido y decepcionado tras la primera partida de esta campaña, en la que mis Poseídos se han enfrentado a los Skavens de Vaati.
Por una vez he tratado de hacer una banda afilada y competitiva aunque arriesgada... al estilo de la que posteo mercenario_zgz.
Como diferencias, decir que mi banda tiene sitio para un segundo Hombre Bestia, tratando de exprimir más la banda si cabe.
El caso...
La partida ha empezado de forma normal, con Vaati moviendo de forma cautelosa y yo teniendo que llevar el peso de la batalla. Es algo que a veces me molesta, porque en general hay mucha peña muy conservadora jugando a Mordheim, y creo que se olvidan de que el rival puede hacer lo mismo, y que si los dos hacemos lo mismo, podemos pegarnos dos horas moviendo miniaturas entre las casas sin llegar ni a vernos.
Pero bueno, he decidido mover rápido y al ver que mi rival se reorganizaba y se quedaba atrás, he tratado de rodearle buscando el momento de cargar.
Cuando lo he hecho, ha sido de forma devastadora, aprovechando la superioridad de mis poseídos, que además podían causarle miedo (cosa que han hecho en varias ocasiones, pero es normal con el bajo liderazgo de los skavens).
Tras un par de turnos zurrándonos, y casi en el sexto turno (a empezado moviendo Vaati y esto que narro era al final del sexto mío... es decir que los dos habíamos tenido las mismas oportunidades) la paliza estaba siendo de órdago. Cinco ratas fuera de combate de Vaati (de un total de nueve, o sea más del 50% de la banda "out", entre ellas el jefe), y sólo un mutante mío.
Vaati anuncia que se retira. Mira el tablero, se reafirma, vuelve a mirarlo, duda... decide chequear liderazgo a ver qué dictan los dados y saca un seis. Se queda.
En su séptimo turno me deja fuera del tablero otras dos miniaturas. A pesar de ellos, yo le he hecho más del 50%, el no ha llegado a hacerlo.
Si me quedo está perdido, con cuatro minis en el tablero y mis dos poseídos a distancia de carga...
Chequeo y fuera.
Derrota. Después de arriesgar, de mover, de aplastar... tiras dos dados y pierdes. Cuando estás claramente ganando.
Una pieza de piedra bruja cada uno, aunque la suya a distancia de carga de mis poseídos y la mía en casa.
No sé, la sensación es como si jugara un partido de fútbol, y cuando voy ganando de paliza, el árbitro tira un dado y si sale par pierdo yo.
Pero entonces... ¿¿¿para qué hemos estado jugando?? Podríamos habernos ahorrado la partida y decidirlo a tirada de dado y punto.
En fin, nunca había visto Mordheim de esta forma... pero quedo decepcionado. Este juego no está pensado para hacer ligas. No es justo que vayas ganando sobradamente y una tirada te arruine la merecida victoria.
A veces decimos que el Blood Bowl es un juego de suerte... pero al menos en Blood Bowl, cuando vas ganando 5-1, no tiras un dado y de repente te gana el otro. Tendrá que remontarte al menos... por lo que si acabas perdiendo será por muuuuy mala suerte (y sé que existe, ¿eh?). Pero es que aquí ni siquiera he tenido muy mala suerte. Siemplemente iba ganando de paliza, he tirado dos dados y he perdido.
Dicho rápido, promto y mal. Una pérdida de tiempo.
En fin... Seguiré jugando, con tranquilidad, y tomándomelo de nuevo de pachangueo. Pero por una vez me apetecía tratar de ser algo competitivo
¡Ah! La post-partida maravillosa para mi, claro. Con cinco bajas, me han subido los dos Poséidos (uno tiene ahora 4 ataques y el otro F5). Me ha subido un hombre bestia y me ha subido una mutante... Normal, la post-partida refleja en la experiencia la paliza.
pero el resultado no deja de ser una derrota....
Algo falla en este juego.
Vaya por delante que, así como he sido muy grande en todos los juegos, nunca me he tomado Mordheim de forma muy competitiva. Disfrutaba montándome mis películas e historias sobre la banda... ya que creo que es el más rolero de los juegos de miniaturas y se puede disfrutar mucho de cómo progresa tu banda tratando de sobrevivir a las duras calles de Mordheim.
Quizá por eso me he quedado sorprendido y decepcionado tras la primera partida de esta campaña, en la que mis Poseídos se han enfrentado a los Skavens de Vaati.
Por una vez he tratado de hacer una banda afilada y competitiva aunque arriesgada... al estilo de la que posteo mercenario_zgz.
Como diferencias, decir que mi banda tiene sitio para un segundo Hombre Bestia, tratando de exprimir más la banda si cabe.
El caso...
La partida ha empezado de forma normal, con Vaati moviendo de forma cautelosa y yo teniendo que llevar el peso de la batalla. Es algo que a veces me molesta, porque en general hay mucha peña muy conservadora jugando a Mordheim, y creo que se olvidan de que el rival puede hacer lo mismo, y que si los dos hacemos lo mismo, podemos pegarnos dos horas moviendo miniaturas entre las casas sin llegar ni a vernos.
Pero bueno, he decidido mover rápido y al ver que mi rival se reorganizaba y se quedaba atrás, he tratado de rodearle buscando el momento de cargar.
Cuando lo he hecho, ha sido de forma devastadora, aprovechando la superioridad de mis poseídos, que además podían causarle miedo (cosa que han hecho en varias ocasiones, pero es normal con el bajo liderazgo de los skavens).
Tras un par de turnos zurrándonos, y casi en el sexto turno (a empezado moviendo Vaati y esto que narro era al final del sexto mío... es decir que los dos habíamos tenido las mismas oportunidades) la paliza estaba siendo de órdago. Cinco ratas fuera de combate de Vaati (de un total de nueve, o sea más del 50% de la banda "out", entre ellas el jefe), y sólo un mutante mío.
Vaati anuncia que se retira. Mira el tablero, se reafirma, vuelve a mirarlo, duda... decide chequear liderazgo a ver qué dictan los dados y saca un seis. Se queda.
En su séptimo turno me deja fuera del tablero otras dos miniaturas. A pesar de ellos, yo le he hecho más del 50%, el no ha llegado a hacerlo.
Si me quedo está perdido, con cuatro minis en el tablero y mis dos poseídos a distancia de carga...
Chequeo y fuera.
Derrota. Después de arriesgar, de mover, de aplastar... tiras dos dados y pierdes. Cuando estás claramente ganando.
Una pieza de piedra bruja cada uno, aunque la suya a distancia de carga de mis poseídos y la mía en casa.
No sé, la sensación es como si jugara un partido de fútbol, y cuando voy ganando de paliza, el árbitro tira un dado y si sale par pierdo yo.
Pero entonces... ¿¿¿para qué hemos estado jugando?? Podríamos habernos ahorrado la partida y decidirlo a tirada de dado y punto.
En fin, nunca había visto Mordheim de esta forma... pero quedo decepcionado. Este juego no está pensado para hacer ligas. No es justo que vayas ganando sobradamente y una tirada te arruine la merecida victoria.
A veces decimos que el Blood Bowl es un juego de suerte... pero al menos en Blood Bowl, cuando vas ganando 5-1, no tiras un dado y de repente te gana el otro. Tendrá que remontarte al menos... por lo que si acabas perdiendo será por muuuuy mala suerte (y sé que existe, ¿eh?). Pero es que aquí ni siquiera he tenido muy mala suerte. Siemplemente iba ganando de paliza, he tirado dos dados y he perdido.
Dicho rápido, promto y mal. Una pérdida de tiempo.
En fin... Seguiré jugando, con tranquilidad, y tomándomelo de nuevo de pachangueo. Pero por una vez me apetecía tratar de ser algo competitivo

¡Ah! La post-partida maravillosa para mi, claro. Con cinco bajas, me han subido los dos Poséidos (uno tiene ahora 4 ataques y el otro F5). Me ha subido un hombre bestia y me ha subido una mutante... Normal, la post-partida refleja en la experiencia la paliza.
pero el resultado no deja de ser una derrota....
Algo falla en este juego.