TRASFONDO ORCO
Guldrak observo hinchado de ira como uno de sus destartalados barcos se hundía por los impactos de cañón que había recibido y como sus orcos y goblins se iban ahogando en el mar. La pequeña pero poderosa flota enana de Barak-Varr había interceptado su flota hace poco más de una hora y la batalla se estaba empezando a recrudecer conforme los barcos de ambas razas se acercaban al alcance de abordajes.
- VAAAAAMOZ ESTUPIDOZ!!!! Dizparaz el lanzapiedroz sobre los taponez!! ¡Y PREPARAOZ PARA ABORDARLOZ!!!! – Bramo Guldrak instigando a sus orcos a cumplir sus órdenes.
Los orcos siguieron disparando sus toscas flechas las cuales en su mayoría golpearon contra el metálico casco del barco enano. Cuando entonces dispararon una piedra enorme con la catapulta, la cual impacto contra una chimenea del barco destrozándola, pero sin causar graves daños al barco enano. Guldrak maldijo la puntería de sus orcos, pero se alegró al ver como su barco se alineaba con el enano y empezaban a tirar las cuerdas de abordaje.
Los orcos comenzaron a aullar mientras enarbolaban sus rebanadoras y hachas mientras los enanos se colocaban en posición formando un muro de escudos delante de sus arcabuceros y ballesteros que se aprestaban para descargar su mortífera munición contra los asaltantes pieles verdes.
- ¡CARGAD!!! MATADLOZ A TODOZ!!!
Los orcos saltaron y atravesaron las pasarelas de abordaje a la orden de su caudillo, cuando entonces los enanos dispararon con todo contra ellos, varios pieles verdes cayeron muertos al agua o sobre los barcos muertos, pero eso no detuvo el abordaje. Los orcos asaltaron el muro de escudos enano y lo atravesaron gracias a su peso en lo que desemboco en un combate cuerpo a cuerpo brutal.
Guldrak salto sobre el barco enano y de un primer golpe con su rebanadora destrozo a dos enanos que se apresuraron a enfrentarse a él. Entonces sintió una explosión de sangre y humo en su pecho que lo echo hacia atrás, Guldrak busco al que le había disparado contra el pecho y en el castillo de proa del barco enano diviso a un enano con unos anteojos que portaba un extraño arcabuz que humeaba y que se afanaba en recargar. Guldrak bramo de rabia y empujo a varios de sus orcos para que lo acompañasen a atacar el puente de mando del barco.
La batalla se recrudecía por momentos, pero a pesar de que los orcos parecía que se estaban imponiendo, los enanos estaban cañoneando el barco orco aprovechando el abordaje, de manera que estaba evitando que los orcos y goblins siguiesen llegando a su propio barco. Pero eso a Guldrak le daba igual, ahora solo quería decapitar al capitán enano que le había herido en el pecho con uno de sus palos de fuego.
Otro disparo del capitán destrozo la cabeza del orco que iba delante de Guldrak, este aprovecho para coger el cuerpo muerto del orco y ponerlo delante de el para protegerse si le disparaban de nuevo, cuando llegaron los orcos al puente de mando, fueron recibidos por unos rompehierros enanos que igualaron la contienda, Guldrak estampo el cuerpo inerte del orco contra un rompehierro el cual se cayó por la borda del enorme golpe. Guldrak propino un cabezazo al sargento rompehierro y lo derribo inconsciente contra el suelo para llegar contra el capitán enano. Este lo recibió con un hachazo que lo hirió en la pierna, pero que no evito que Guldrak estampase su rebanadora contra el escudo que el capitán enano había levantado para cubrirse.
El combate siguió durante unos minutos entre el caudillo y el capitán mientras enanos y orcos seguían destrozándose mutuamente, aunque ahora era los enanos los que parecía que estaban ganando, tras hundir el barco de Guldrak los artilleros se habían armado y había reforzado a los enanos, los cuales ahora superaban en número por mucho a los orcos.
Sin saber que ocurría a su alrededor Guldrak consiguió desarmar al capitán enano y le rebano la cabeza con su arma. Este bramo por su victoria, pero entonces se giró y se vio rodeado de una decena de rompehierros que habían acabado con los orcos que había llevado consigo al puente de mando. Guldrak mientras se lanzaba a por ellos no pudo evitar pensar lo buena idea que había sido reunir a su tribu y seguir a los ejércitos de todas las razas del mundo que parece que estaban subiéndose en barcos y movilizándose hacia alguna zona donde se iba a montar una buena gresca, sobre todo cuando llegasen el resto de tribus pieles verdes.
Tras la muerte del caudillo orco, la gran mayoría de orcos huyeron del barco lanzándose por la borda. Los enanos que quedaban vivos comenzaron a recoger los muertos de sus compañeros y a tirar los cadáveres orcos por la borda cuando un cuerno resonó en los oídos de los supervivientes….
El capitán de los Rompehierros ya recuperado se acercó a la barandilla junto al resto de enanos y comprobaron como una enorme flota compuesta de destartalados barcos de orcos se aproximaba hacia ellos y entonces todos los enanos ahí reunidos supieron que su fin se acercaba y rezaban porque los enanos que llegasen a la isla Bruma tuviesen mejor suerte.