Hola a todos,
dejos de ser un literato xD, el relato que he expongo aquí lo he escrito en mi tiempo libre despues de leerme los "Fantasmas de Gaunt", que es de donde me he inspirado para hacerlo. Basicamente trata de como una compañía de guardias intenta sobrevivir en la batalla, con todos los métodos a su alcance, esta muy muy lejos de ser minimamente aceptable, pero alla va:
CAPÏTULO 1:LOS PREPARATIVOS
34 era un mas de esos planetas calificados como heréticos por la Inquisición debido a una extraña revolución y un culto misterioso que se había gestado desde hacia mas de un año terrestre. Era ya la mañana en el sector planetario 14-A6, en cual, estaban los campamentos base imperiales de los regimientos de Kertan, Astarith y Cadia. Las primeras luces del alba entraron por una de las pocas escotillas de ventilación del barracón despertando a Marcus, el sueño le podía y se giro al lado contrario de la luz, intentando conciliar de nuevo el sueño e imaginarse en Kertan, su planeta natal. ¿Cuánto tiempo más debería estar allí para poder volver?, eso solo lo sabía el venerado Emperador. Ademas, Marcus sabía que no faltaba mucho para que se llamara a filas, y en efecto, dos minutos más tarde de despertarse escucho la voz electrónica que sonaba en el altavoz del vocooperador del regimiento que anunciaba el toque matinal. Mientras se levantaba perezosamente de la camilla una mano se le poso en el hombro y el hombre corpulento a la que pertenecía le saludo.
-Buenos días- dijo su amigo Héctor alegremente, ya levantado y con la camiseta de tirantes puesta.
-Buenos días, ¿desde cuando llevas levantado?
-Lo menos llevare levantado dos horas kertianas, hoy aterrizaban las últimas naves en el espaciopuerto y no quería perdérmelo, sin duda, es un espectáculo digno de admirar.
-¡Joder Héctor!, ¿Por qué no me has avisado?- berreo Marcus.
-Necesitabas dormir después del duro entrenamiento que nos impuso ayer el sargento Díaz, además te toco fregar los platos de dos pelotones enteros.
-Ja, si, la verdad es que fregar más de ochenta platos cansa lo suyo.
-¡¿Qué hacéis a medio vestir todavía?! ¡Si no estáis en formación dentro de un minuto el sargento Díaz os mandara lo menos, dos series de trescientas flexiones!- exclamó el delgado de Inut mientras corría hace la salida del barracón.
El sargento Díaz no era como los de mas sargentos, es cierto que se había comido muchos chuscos y tenia lo menos 45 años, pero se había negado a ascender porque quería estar con sus camaradas los guardias de a pie, eso le había reportado un gran respeto entre sus hombres. Se trataba de una persona seria y exigente con sus hombres, pero también sabia reírse y tratar con ellos cuando el lo veía oportuno y necesario.
Cuarenta y cinco segundos más tarde, y vistiéndose a toda prisa, Marcus y Héctor estaban afuera con su pelotón en una perfecta formación cuadrada en mitad del patio. El sargento Díaz acudió marcando el paso hasta el poste central del patio asignado a su pelotón,para, inmediatamente izar la bandera imperial con el símbolo del águila bicéfala en dorado sobre un fondo rojo bermellón, a la vez que el pelotón entero entonaba alegremente un himno imperial que conmemora las hazañas del comisario Yarrick contra los orkos en el planeta Armageddon..
-¡Jajaja! ¡El sargento entona el himno como un camionero orko!- exclamo el bromista de Héctor.
-¡Soldado Héctor se acaba de ganar dos series de trescientas flexiones¡- grito Díaz antes de que terminara la frase Héctor.
-¡Vamos sargento! ¡Que es una broma!- replicó.
-¡Tres series soldado!
En ese momento todo los hombres se hecharon a reír, medio minuto mas tarde, el pelotón entero estaba compartiendo con Héctor las tres series de flexiones.
-Si te estuvieras callado….- Musitó Marcus a Héctor.
-No estaríamos haciendo estas flexiones- le respondió sonriente.
Media hora más tarde, los agotados soldados estaban disfrutando de su escueto desayuno en la cocina del barracón. El desayuno consistía en una taza de cafeína con tres tostadas untadas en manteca para cada soldado, si se quería huevos o jamón, uno tenia que tener al menos el rango de sargento, por lo que no era raro ver como los más bromistas de pelotón distraían al sargento con sus coñas, mientras otro aprovechaba a cambiarle el plato. Eso si, las flexiones después del tongo estaban aseguradas.
En un principio iba a ser un día tranquilo, pues el asalto por tierra a la ciudad de Alktor estaba programado para dentro de siete días. Mientras tanto los bombardeos orbitales y los cazas de la Aeronáutica Imperialis se encargaban de mantener a raya la resistencia y de destruir las manifactorias armamentísticas, así como de los generadores de plasma para cortar el suministro energético de la ciudad. En esos siete días, la Guardia Imperial los invertía en los últimos preparativos para el asalto.
Por lo que si uno se daba una vuelta por el campamento resultaba totalmente normal ver ir y venir los grupos de exploradores del futuro campo de batalla a los campamentos principales , las escuadras asignadas a la exploración estaban formados por pelotones de infantería ligera, transportes blindados Chimeras y por las máquinas bípedas Sentinels. Si uno seguía paseado hacia los hangares y garajes uno podía observar como los grupos de mecánicos sudaban la gota gorda arreglado los tanques a las órdenes de los Tecnosacerdotes del Adeptus Mechánicus de Marte, a la vez que el personal de Departamento Munitorium ponía a punto las armas y distribuía las municiones y posiblemente. Lo mas divertido de ver, si uno tenia el valor suficiente como para acercarse a la tiendas de mando, era como el Cuartel General discutía acaloradamente si era mejor enviar una oleada tras otra de soldados para tomar Alktor a la fuerza, o bien, dejar que la ciudad se rindiese por agotamiento. Pero utilizar esta estrategia en una ciudad de cuarenta millones de habitantes sería una idea descabellada, pues, se conocían casos de que ciudades de solo treinta millones de habitantes habían resistido durante más de dos años. Y precisamente el Coronel Blade había recibido la orden expresa del Señor Gobernador Militante Heraziel de tomar Alktor en no menos de un año, pues en ese tiempo, es perfectamente factible que toda la comunidad ciudadana de cualquier urbe mutara en engendros del Caos, a causa del culto que se estaba propagando. Exacto, la misión radicaba en exterminar a todos los civiles y rebeldes de la ciudad, tanto mutados como si no.
-Vamos ¿Qué tenemos que hacer limpieza no?- Expreso Marcus cuando Díaz explicó el plan de ataque a su pelotón.
-Exacto soldado, nosotros, el cuarto pelotón de Kertan, hemos sido asignados al séptimo regimiento de asalto con los pelotones primero, segundo y tercero de Kertan, respectivamente los de los sargentos Hal, Chun y Castellano, a la orden del Coronel Barret. El asalto se iniciara mañana al alba a bordo de Gorgonas y….
-¿Gorgonas? Que es eso- Pregunto Inut extrañado-
-Un vehiculo de transporte pesado que sacrifica la velocidad del transporte Chimera por un mayor blindaje y capacidad de personal, es muy utilizado en el planeta Krieg para los asaltos masivos como este y en los cuales el enemigo utiliza bastantes armas pesadas- Le contesto Héctor a la vez que le daba unos toques en la espalda.
-¡Por el Trono Dorado!- Clamos Inut – ¡Empiezo a temer cada vez más por nuestras vidas!
-Y todos tememos Inut- Le replicó Marcus.
- ¿Que se sabe de la cobertura?- Pregunto Blintz, el guardia mas pequeño, pero el más ágil de todo el pelotón al sargento con un tono serio.
-Me temo que lo de siempre- Dijo Díaz -Cobertura artillera para acobardar al enemigo a la vez que sus cráteres nos sirvan de cobertura cuando desembarquemos-
-¡No jodas! ¿No serán los inútiles de la decimotercera compañía artillera de Cadia? Grito Blintz a la vez que hacía un gesto brusco con las manos
-Si soldado, son ellos-
Todos quedaron callados, todos sabían que la decimotercera compañía artillera de Cadia, estaba formada por cadetes o bien por aquellos que habían sobornado, si se lo podían permitir, a los reclutadores, era una buena manera de cumplir con el deber, a al vez que uno podía estar seguro en la retaguardia. El caso es que se sabían historias bastante patéticas y deshonrosas sobre esta compañía, como por ejemplo: asignar como objetivo a sus camaradas del planeta jungla Catachan y disparar sobre sus cabezas cuando estos volvían victoriosos de un asalto contra los Orkos del caudillo Gurtz al no ser capaces de distinguir en la lejanía la piel verde los orkos del verde camuflaje catachan; O como varias veces, los proyectiles se quedaban cortos y acertaba justo en la retaguardia imperial, haciendo huir despavoridos a los cadetes y guardias mientras algún loco comisario intentaba poner orden ejecutando a más soldados, y por la tanto cundiendo más el terror; La otra era pasarse de objetivo y acertar en medio de algún edificio civil, muy a menudo, lleno de refugiados.
-¡Que el emperador nos salve!- gimieron todos los hombres, incluido Díaz. Seguidamente el pelotón entero estalló a carcajadas por no llorar.
Después de la reunión se dieron tres horas kertianas de descanso antes de la cena, en las que Marcus, Héctor, Inut y Blintz y el resto de hombres, las aprovecharon para jugar a las cartas, contarse historias beber, fumar, o bien escribir a sus familias, si es que tenían. La cena para sorpresa de todos, no consistió en el potaje de dudosa consistencia homogénea de todos los días, sino, de un estofado del que se podía distinguir claramente la carne animal de las patatas cocidas, además de estar acompañado de media barra de pan y una jarra de cerveza Bugman, que todos se la bebieron sin hacerle el más mínimo desprecio y saboreándola, era la primera vez en varios meses de preparativos y precampañas que no tomaban esa bebida.
Al terminar de cenar, todos se fueron a sus camillas temprano, pues sabían que necesitaban dormir antes de varias jornadas de batallas y sin apenas un instante para tomarse un suspiro. La noche permaneció tranquila y en calma, pero era la tranquilidad que avecinaba la tormenta
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Bueno ¿que os parece? criticar para ver k puedo mejorar, el capitulo 2 que será el asalto ni lo he empezado, a ver si estas navidades puedo hacer algo.
saludos!