El fondo de lka cuestión, desde mi punto de vista, es el siguiente:
El juego tiene, como todos los juegos, 2 objetivos: divertirse e intentar ganar. Si no se aspirara a ganar sencillamente no puntuaríamos en los torneos y nos dedicaríamos a jugar partidas sueltas. Y aún así intentaríamos ganar cada una de ellas. Y lo cierto es que sin competicion y sin competitividad no hay diversión.
El tema sin embargo es. primero, qué estás dispuesto a hacer para ganar. Y segundo, y más importante, qué confianza tienes en tí mismo como jugador. Desde que empecé en esto del warhammer han salido muchos ejércitos nuevos y tengo Orcos, Imperio, Silvanos y Guerreros del Caos, que es la adquisición de este último verano. Lo que prima en un ejército para que lo compre es, por este orden: 1º su capacidad de configuración. Un ejército con muchas y variadas tropas distintas es más divertido. 2º Las miniaturas. 3º El trasfondo. Tuve oportunidad de comprar GC cuando salieron y eran lo mejor que había, pero me compre el imperio. Y ahora podría haberme comprado CV o EO o Demonios, pero no lo hice. La razón es que los CV me parecen insufriblemente aburridos, y los AE y los Demonios no me iban a permitir medirme a mi mismo como jugador. No creo que estuviera muy feliz si llegara a ganar un torneo con demonios, la verdad.
Como dije antes no creo en la prohibición de ejércitos, porque resta varidad y riqueza al juego. Peroque el jugador que tengo delante lleve demonios me dice muy poco de él como jugador, salvo alguno que ya conocemos y que sobradamente ha demostrado que gana con prácticamente todo

, porque centra sus probabailidades de ganar en la ventaja que le da un ejército en concreto. Y esto lo digo con todo el respeto a los jugadores de demonios, lo mismo que les digo "Olé tus huevos" a los que se presentan con ogros.
Mientras tanto, habrá que "sufrir" a estos jugadores igual que al que se planta con un Dragón, o con dos tanques, o con una enorme concentración de puntos en torno a una unidad brutal e indestructible...
Generalmente se les reconoce fácilmente, porque se compran el último ejército que ha salido en cuanto leen los rumores que comentan las barbaridades que hace y lo descompensado que está. Pero cómo dije antes: a veces se les gana, y la satisfacción que te queda cuando eso pasa no tiene precio.Yo me quedo con eso!