Postby Nutch [Bot] » Wed Feb 18, 2015 8:01 pm
Cronica de una Oscu anunciada:
Jacob Lynch meditaba sobre los acontecimientos recientes mientras jugueteaba con unas fichas de poker, sentado en su silla habitual intentaba ordenar los sucesos mientras recordaba las frases que el viejo Willy había balbuceado ebrio como una cuba hace un par de noches. La desaparición de varios mineros no era una gran noticia, pero uno de ellos era "cliente habitual" y extrañas imágenes se habían transferido a su mente tras completar el ritual en el sótano del Honeypot, algo estaba ocurriendo, su instinto se lo decía, y no solo eso, la oscura presencia que tenía por compañera y huésped estaba especialmente interesada en averiguarlo.
Por otro lado, la mina Rosebad era una parte vital de la economia del Honeypot y de los planes de su huesped, que funcionara a pleno rendimiento y siguiera nutriendo de obreros dispuestos a gastarse su dinero, energías y piedras de alma allí, merecía la pena ser investigado.
Primera partida:
Dos secuaces de confianza fueron enviados para investigar los alrededores de la mina, tras ser imbuidos de energía por parte de La Oscuridad Hambrienta, la cual los supervisa, se dirigieron a los barracones de la mina. Desgraciadamente no seran los únicos que habían tomado en consideración estos asuntos, los Diez Truenos también tienen intereses "comerciales" y los secuaces se encontraron cara a cara con Ototo, acompañado de un Torakage y un arquero.
Los iluminados tomaron la iniciativa y se dirigieron directos hacia el centro de la mesa para capturar el objetivo, los diez truenos se mantuvieron a una relativa distancia y se separaron, el arquero por el centro, Torakage a un flanco y Ototo al otro, quedándose este muy cerca de uno de los iluminados. La Oscuridad Hambrienta obligo al arquero a disparar a Ototo, haciendole un puntejo de daño. El arquero se quedó de paso con "el resplandior" para toda la partida.
A continuación uno de los iluminados cargó a Ototo, haciéndole bastante daño y dejándolo a 4, Ototo respondió reduciéndolo a pulpa (literal, murio), el arquero cosió a flechazos a La Oscu, la cual se libró de morir gracias al uso indiscriminado de piedras de alma para defensa y prevenir daño. El Torakage es cargado por el otro iluminado y muere "in extremis".
La Oscu se dispuso a vengar la muerte del iluminado, cargó y apalizó a Ototo, retirándolo de la partida. El arquero sufrió un infarto al tener a La Oscu tan cerca y murió. Los Diez Truenos han sido eliminados ¡Los barracones ya son nuestros!
Segunda partida:
Los barracones son un enigma en si mismos y aunque no han proporcionado grandes pistas nos permitirán reclutar "voluntarios" para nuestra causa. Una conversación escuchada de forma casual nos indica que deberíamos investigar la estación donde se carga la piedra de alma procedente de la mina Rosebad para hacerla llegar a Amarillo.
Al inspeccionar los almacenes de la estación, ruidos violentos alertan a los secuaces, parece que esta vez tampoco lo van a tener fácil, unos seres porcinos están registrando y destrozando todo lo que encuentran. Los episodios de pillaje por parte de los seres denominados "Gremlins" y sus compinches porcinos son habituales, pero no podemos permitir que destrocen las pistas que hemos venido a buscar, hay que echarlos de aquí.
Los iluminados avanzan hacia los diferentes objetivos mientras La Oscu se cubre en la esquina de una casa entre otros dos, los cerdos avanzan rapidamente cubriendose al otro lado de la misma, el cerdo más grande y que parece ser el lider se acerca demasiado, La Oscu y un iluminado acaban con él. El resto de cerdos no consiguen superar el miedo que les genera La Oscu y la matanza que han presenciado y deciden retirase para volver a luchar otro día. Con los cerdos en retirada, nos dedicamos a continuar la exploración de la estación y sus almacenes.
Lo que encontramos en ellos es motivo suficiente para que Jacob Lynch intervenga personalmente, esto es más grande de lo que pensábamos.
Continuara??